Si hablamos de exploradores y de quienes descubrieron lugares míticos de África a prácticamente la mayoría, le viene a la cabeza el Doctor Livingstone…¿Supongo?.. Pero el afamado explorador no viajaba solo, en muchos de sus largos viajes, era su mujer y familia quienes le acompañaban. Hablar de mujeres exploradoras en una época donde estaban dedicadas casi por completo al cuidado de sus familias podría parecer una odisea.
Las reinas de África
Los libros y la correspondencia nos revelan que han dejado una gran huella por los lugares que pasaron. El libro “Las reinas de África” escrito por la periodista Cristina Morató es uno de esos libros que vale la pena leer. Rescata del olvido la gran labor realizada por unas mujeres viajeras en épocas donde no había comodidades y si, todo tipo de enfermedades. Unas mujeres que se lanzaron a la aventura africana, solas o la sombra de sus maridos, para convertir aquel continente inhóspito en un lugar más habitable y “civilizar a los salvajes”.
La lista podría parecer exigua, pero sorprende el número de mujeres valientes que vivieron y sobrevivieron a un África salvaje y muy dura. Incluso, en el libro nos encontramos a alguna española que vivió, con mayor o peor fortuna, la aventura más inimaginable de su vida. Un safari con todas las letras.
Exploradoras evangelizadoras
El libro de Cristina Morató destaca, entre otras, la figura de Mary Livingstone, esposa del afamado misionero y explorador, a su vez hija de un reverendo. Nacida a más de 150 Km de la colonia de El Cabo en Sudáfrica, su futuro estaría ligado para siempre al lejano continente. Con su marido exploraría a principios del s.XIX el Kalahari y el Zambebe, abriendo misiones en el interior del continente bajo las condiciones más duras y daría a luz a sus hijos sin ayuda de nadie. Una vida de película que la haría luchar contra tribus, las sequías y todo tipo de animales salvajes para proteger a los suyos.
La vida de Mary Slessor es todavía más apasionante si cabe. La escocesa misionera, decidió servir a Dios e ir a Calabar, hoy Nigeria. Con 27 años pisó aquellas tierras para quedarse para siempre en la jungla. Pacifista absoluta, no estaba obsesionada con evangelizar sino con el bienestar de los nativos. No fue la típica misionera victoriana, vestía túnica e iba descalza sin armas. Una mujer que negociaba de tu a tu con los jefes de las tribus y que llegó a imponer justicia en uno de los lugares más primitivos del continente. Una pionera del voluntariado en África.
Españolas en África
Aunque pueda sonar raro, también ha habido españolas que dejaron huella en África. Camufladas bajo el apellido de sus maridos ha habido grandes aventureras en el continente africano como Lady Smith o Isabel de Urquiola. La primera, Juana María de los Dolores de León, llegaba a Sudáfrica con su marido el oficial inglés Harry Smith a Sudáfrica en 1828 a quien conoció en Badajoz en plena Guerra de la Independencia contra los franceses. La mujer del inglés pasaría a la historia en la región de Natal con una ciudad que lleva su nombre “LadySmith” y es recordada como la “pequeña heroína española”.
Isabel de Urquiola, que junto con su hermana y marido, el explorador Manuel Iradier decidieron aventurarse en tierras guineanas. Una expedición que dejarían plasmada en en el libro de viajes Africa donde casi no se cita a las exploradoras que contribuyeron con sus observaciones al conocimiento de esta parte de Guinea. La española pasaría largas temporadas enferma con una salud muy débil por culpa del clima africano.
En el libro “Las reinas de Africa” puedes leer la apasionante historia de estas y más mujeres que partieron hacia lo desconocido en un momento de la historia muy diferente al que vivimos actualmente.